24 de mayo de 2010

Con el paso del tiempo.

Él era aquel chico que se sentaba en un pupitre tranquilamente y escondía su faceta más revoltosa. Aunque a veces era al revés. No hablé con él nada más verle, la verdad que tardé un poco en coger confianza con él, pero no tanto como me ha pasado con otras personas. Siempre me lo nombraban como uno de los mellizos, y cuando lo conocí...creo que llegué a tardar un trimestre para diferenciarlo del todo, aunque con tanto verlo por pasillos y clases, una se acostumbraba y lo diferenciaba sólo por el tono de voz. Poco a poco, logré diferenciarlo, coger confianza y ver que detrás de aquel chico revoltoso con apariencia tranquila, se escondía una persona que más tarde lograría llegar a ser mucho más.


Un amigo más, y con él: largas conversaciones por el típico MSN, excursiones, quedadas, momentos en clase, en el recreo...
Se convirtió en alguien especial...un gran amigo, de esos que te escuchan y te hacen reír en los peores momentos, me di cuenta que de verdad valía la pena haber llegado hasta donde había llegado.
Y aquí estoy, con unos cuantos años más, pensando lo mismo que pensaba hace un tiempo, sólo que al máximo y con muchos más momentos. Él, simplemente Manu. El chico de aquel pupitre que ha llegado a ser tanto para mi. Mi apoyo, mi fuerza, mi sonrisa, mi seguridad.
Quería recordarte lo que eres. Y la suerte que he tenido al conocerte. :)
te quiero!




1 comentario:

  1. Muy bonita tu entrada, a las personas que se merecen un te quiero hay que decírselo, muy bien por ti.

    Un besito

    ResponderEliminar