29 de agosto de 2012

¿Quién dijo qué?

Las rutinas no son rutinas. Pueden ser rutinas si se hacen el mismo día, a la misma hora, al igual que con los mismos detalles, mismos hechos, mismas miradas y personas, y los pasos que te llevan a los sitios no varían, ni si quiera uno más ni uno menos. Eso sí es rutina. 
Pero es que la gente nos empeñamos en decir que todo es una rutina cuando repetimos sitio o, únicamente,  intentamos hacer lo mismo.
Rompiendo costumbres te encontré a ti y de la misma manera -creo- que te estoy perdiendo. 
No pienso recordar ni cómo te conocí, ni qué es lo que me hizo centrar la atención en ti. Los detalles más bonitos me los guardo, porque por mucho que los intentes describir las demás personas jamás sentirán lo mismo. Lo compararía como si a un ciego le intentas explicar cómo es el mar y cómo las olas llegan a la orilla, si no lo puede ver no lo puede entender de la misma manera que lo estamos entendiendo tú y yo. 
Tampoco quiero recordar y contar todos los momentos juntos, hayan sido muchos o hayan sido pocos. ¿Sabes por qué? Porque los que hayan sido, siempre me han dejado un buen sabor de boca y, es que con eso me conformo. 
Igual hoy no es el día en el que nos volvamos a ver, de hecho todo suena a despedida. Y en efecto, es una despedida. Despedida inesperada, repentina y con sabor a... ¡Uf! Con sabor a "Recuérdame". No pido ni un beso, ni un adiós, ni lágrimas, no. No quiero nada de eso. Sólo quiero que seas feliz. 
¿Quién dijo que las despedidas son amargas?

Dulces recuerdos. 

2 comentarios:

  1. Lograr que las despedidas no sean amargas es un asunto muy complicado.

    Una despedida que sin embargo causa el poder leerte nuevamente.

    Dulces besos.

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  2. http://eldulcesusurro.blogspot.com/2012/09/tu-vales-mucho.html

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