24 de septiembre de 2009

Añoranza

Vuelvo, con las mismas ilusiones, los mismos sueños pero con mucha menos esperanza.
Vuelvo para volverme a ir con la cabeza aturdida de dudas, para escribir todas las noches todos los miedos que se apoderan de mi.
Vuelvo con las mismas ganas de abrazarte, las mismas palabras que hace una semana decía.
Vuelvo para escuchar tu voz, para gritar en silencio.
Vuelvo...siempre vuelvo. Regreso como la Luna regresa cada noche y me vuelvo a ir como cuando llega el día. Y aún regresando, sólo lo hago a veces, otras cuantas ni aparezco, me escondo y no aparezco. A veces a medias y otras veces entera, como lo hace la Luna.

Volver para irme continuamente puede dejar a varios pensativos, puedo llegar a ganarme adjetivos como cobarde que incluso a veces se vuelven sustantivos.
Pero prefiero desaparecer muchas veces para pensar qué haré...
Me da miedo el futuro por lo que siento y veo en el presente.

No llego a tener una conclusión final que pueda aclarar todo esto...tan sólo sé que no todo lo que he esperado en esta vida ha llegado a ser bueno. Y hoy - que aún sigo esperando- me he dado cuenta.



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